De pronto no entiendo nada. La noche en que nos conocimos, aquella noche invernal sin luna pero infestada de luces... Recuerdas?... era el último lugar donde creí encontrarte. Pero te encontré, o tal vez tú me encontraste, y bailamos. Bailamos muy juntos en una orilla del lugar, todo era perfecto; tú te comportaste como todo un caballero y yo me porté como todo una señorita... Porsupuesto tú sigues siendo un insoportablemente perfecto caballero y como te habrás dado cuenta yo... bueno yo... claro que soy una señorita aunque mi actutud aveces resulte caótica, problematica, impulsiva, obsesiva, incorrecta? ... y tú siempre tan formal, tan propio, tan sutil. Somos totalmente opuestos exepto (o por lo